jueves, 5 de noviembre de 2009

La educación familiar en la adolescencia: Autoridad y conflictos

Nos enfrentamos a una época de rápidos cambios, donde los jóvenes tienen que luchar constantemente por mantener un estatus sin el cual se sienten perdidos. La falta de responsabilidades y la constante pérdida de valores les lleva a cada vez estar peor preparados y conseguir menos cosas en su vida, tanto profesional como personal.



¿Estamos creando una sociedad cada vez más tendente a separarnos en dos grupos (validos e inválidos) donde unos se enriquecen y los otros son cada vez menos?


La curiosa foto que desde hace un tiempo está expuesta en mi universidad, me lleva a plantearme una reflexión.




La educación familiar en la adolescencia: Autoridad y conflictos




En una sociedad donde los jóvenes adolescentes no son capaces de respetar a profesores ni a compañeros, el peso de la educación (tipo de comportamiento) ¿recae más sobre el entorno familiar o el entorno estudiantil?

En primer lugar, aclaramos el concepto de adolescente, el sujeto se enfrenta a una serie de cambios, tanto físicos como psicológicos, que sin duda determinarán lo que para el joven esta etapa supone una fase difícil y de grandes cambios, cuyo desenlace influirá decisivamente en su devenir futuro.

El adolescente necesita de agentes externos que le dicten y muestren normas sociales, al ser estas un producto cultural con el cual (muy a pesar del pensamiento de muchos padres) no podemos nacer, sino que se ha de ir enseñando a lo largo de esta etapa.

Se realiza así la socialización del joven.

Hay una especial importancia en los “estilos parentales”, ya que estos serán los que marquen la forma en que las pautas educativas se entregan al niño. La clave está en que la imposición de limitaciones ha de ir siempre acompañada de una parte afectiva: según la implicación afectiva que muestren los padres, se impondrá un estilo u otro.

De los 4 estilos parentales, los tres primeros (Autoritario, Permisivo y Negligente) presentan problemas que inducirán a un mal desarrollo del adolescente. El intento de dotar de normas sociales al joven falla en gran medida en los tres casos, dejando al joven socialmente desatendido y confundido respecto a su papel social, lo cual puede llevar a futuros problemas graves, desde depresiones y aislamiento social, hasta posibles casos de delincuencia. En definitiva, estos estilos suponen abandonar al joven en un entorno socialmente hostil, donde no tendrá herramientas para defenderse.

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El estilo parental que mejor parece funcionar es el Democrático, donde el joven es tenido en cuenta para las decisiones familiares, a la vez que se le marcan unas normas, razonadas y justas, que son inflexibles por su propia seguridad. Este estilo, además de dotar al joven de las herramientas necesarias para enfrentarse a su futura vida social independiente (principal necesidad de socializar a un joven), deja asentada en el adolescente una personalidad fuerte y segura, que le permitirá contemplar nuevos retos, navegando con facilidad entre las redes sociales.

Crítica personal:

La sociedad actual, llena de tensiones y conflictos, y con una fuerte competitividad, marca la necesidad de imponer en los jóvenes una personalidad fuerte, dotada del mayor número de herramientas posibles.

No obstante, considero que el principal problema actual es que la competitividad aplastante está llevando a la sociedad a una perdida de valores, donde los jóvenes no tienen suficiente con esas herramientas, ya que el grupo social de iguales les guía de forma contraria a lo socialmente establecido. Se extiende la falsa idea de que el joven necesita “luchar” o estar en la cabeza de todos los conflictos para “hacerse respetar” y ganar así un puesto social respetable.

Considero la necesidad de establecer unos valores en los jóvenes que les hagan perseguir una moral, la cual les impulse a la consecución de la propia superación, así como la superación grupal, cuya implantación necesita de una cierta disciplina.

Si bien es verdad que considero muy positivo todo lo que el estilo paternal Democrático puede impregnar en los jóvenes, considero que es necesaria una fase previa de autoridad, que prepare a los jóvenes para aprender, para asimilar los conceptos morales y para captar la necesidad de unas normas sociales, sin estar contaminados por la influencia (en muchos casos negativa) del grupo de iguales.

Así mismo, esta nueva implantación de valores y marcas en los jóvenes pasa por un previo aprendizaje de los padres, los cuales necesitan de una buena educación para saber llevar a cabo su función, así como la correcta transmisión de las normas y la ayuda de la futura socialización del joven.